domingo, 16 de junio de 2013

La OIT denuncia que más de 11,3 millones de niñas de 5 a 17 años son trabajadoras domésticas.

La OIT afirma que el trabajo doméstico infantil "constituye un desafío de igualdad de género". Dos tercios de los 776 millones de personas analfabetas en el mundo son mujeres, lo que indica la falta de valor que se concede a la educación de las niñas en muchos países. Además muy a menudo se impulsa a las niñas a aprender competencias "femeninas" mal remuneradas (como cursos de belleza y cuidado de niños) que refuerzan su rol tradicional y limitan su futuro laboral.
La organización añade que las trabajadoras domésticas adultas llevan a sus hijas con ellas para que "aprendan el oficio" con lo que la situación se perpetua con muchas niñas sin escolarizar que siguen el camino de sus madres en el trabajo doméstico.

La mitad de todos los niños en el trabajo doméstico realizan trabajos peligrosos. Esta cifra incluye trabajar más de 43 horas semanales, con trabajo nocturno y exposición a abuso físico o sexual.
Del total de 20,9 millones de personas que sufren el trabajo forzoso, 11,4 millones de víctimas son mujeres y niñas. La OIT señala la existencia de un gran número de niños y niñas en servidumbre por deudas, víctimas de trata o en situación de siervo. Aquí tenéis el enlace.



Bajo mi punto de vista el trabajo infantil no sólo constituye una violación de los derechos del niño, sino también un importante desafío para garantizar el trabajo decente en los adultos. Si los niños no están protegidos por la ley, nadie garantizará sus derechos, por lo tanto las condiciones de trabajo a las que se enfrentarán serán abusivas. Por esa razón, creo que los principales desafíos a los que se tienen que enfrentar las grandes instituciones de los países es a erradicar el trabajo infantil proporcionando a los niños y a las niñas la posibilidad de estudiar, independientemente de su nivel económico. Si no se comienza a erradicar el trabajo infantil, seguirá vigente durante mucho tiempo. Los países que sufren estas injusticias deberían fijarse en los países desarrollados, en los cuales, los niños tienen acceso a una educación sean cuales sean sus posibilidades económicas.


Irene Moreno.

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