El refugio de calor se inspira en las vallas de nieve como una estructura de gestión del paisaje. Sin embargo, en lugar de una barrera, esta interpretación es manipulada para ser a la vez un espacio de protección y de juego. La guía lineal se extiende, se deforma y se envuelve para crear un umbral hacia el sendero del río. Sirve como una transición entre la nieve y el hielo. El refugio mantiene un diálogo de gran alcance con su medio ambiente y sus visitantes, dejando un rastro de nieve.
Una celosía de madera está pintada de naranja brillante, indicando seguridad y calidez. La estructura está parcialmente envuelta en fieltro industrial, reciclado a partir de tejidos de lana. Estos se ponen en el interior de los espacios para bloquear el viento y para crear un espacio suave, de descanso y transición. Los segmentos de la valla son ahuecados para hacer frente al este o al oeste por la mañana y privilegiar la exposición hacia el sol de la tarde y la protección contra el viento para crear microclimas dentro de ella. Drift-Pass es engañoso y puede parecer a la vez como una figura cerrada o permeable. En el plan, es abierto para el slalom. En la elevación es más cerrado e íntimo, con una serie de pequeños espacios entrelazados. Drift-Pass está compuesto de dos materiales: fieltro industrial y madera contrachapada gruesa. La estructura de madera contrachapada le da al pabellón de su rigidez, mientras que el fieltro le entraga calidez e intimidad.
Nosotros pensamos que este es un gran proyecto realizado por este equipo, ya que a los patinadores, además de darles refugio y protección, les da otra manera de divertirse jugando en la nieve. Creemos que debería de ponerse en muchas de las pisas de hielo de las grandes ciudades ya que es una forma bastante divertida de protegerse, y además aprendes del cauce del hielo.
¿Y vosotros que opináis sobre este innovador proyecto, es algo vanal o muy útil para la diversión y el fomento?
Firmado: Moisés Pérez Carvajal y Jose Carlos Peón Alejo.
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