Puesto que fui una de las estudiantes indignadas que se dio cita para recibirlo no pensaba comentar esta noticia. Sin embargo he oído y leído tantos absurdos en este tiempo que no puedo resistir contar lo que ocurrió (no voy a cambiar la visión general, pero me importa un bledo.)
La convocatoria se llevó a cabo en las redes sociales, en Twitter principalmente y de la mano de diversas organizaciones (institutos sin miedo, el sindicato de estudiantes, Marea Verde, MAE...) Así, dada la pluralidad de los grupos allí citados, en los minutos de espera a la apertura de la sala nuestros únicos pensamientos pasaban por aproximar la cuantía de la multa que nos caería. No voy a pretender justificar, íbamos con el propósito de interrumpir el acto pero no calculábamos el éxito de nuestra empresa. Creíamos, como estamos acostumbrados, a que seriamos unos cuantos valientes los que en un momento dado nos levantaríamos intentando leer el manifiesto preparado o mostrar la pancarta que pedía la dimisión del ministro, mientras alguno de los policías nos sacaba a rastras de la sala. Sin que, una vez más, lográsemos ser oídos.
Cual fue nuestra sorpresa cuando, al entrar el ministro y ponernos en pié, la inmensa mayoría de la sala (y podría decir la totalidad pues solo quedaban fuera la prensa y las dos primeras filas reservadas a personalidades del partido) nos siguió pidiendo una educación pública y de calidad, exigiendo la dimisión de un político que solo actúa bajo unos intereses ideológicos .. ¡El poder es del pueblo y no solo para echar un maldito papel cada 4 años!
El colmo de lo absurdo llegó de la mano de Francisco Rosell (director de El Mundo) al tachar nuestra actitud de fascista, argumento del que posteriormente se hizo eco el mismísimo Wert cuando al salir de la sala le entrevistaron los medios. Es esto y la vulnerabilidad del derecho a la libertad de expresión lo que nos vienen reprochando, y yo digo: ¿No se supone que es fascista aquella persona o grupo que impone su ideología y su pensamiento al de la mayoría? ¿Ya nadie se acuerda de que pretenden quitarnos el derecho a huelga? ¿Acaso intentan pactar su reforma educativa? ¿No es el mismísimo Wert el que no tiene en cuenta a estudiantes, profesores o padres? ¿Cómo pueden reprendernos por no dejar hablar al ministro, un personaje público que puede hacerlo siempre que quiera?
Lo más triste de todo esto es que nosotros al salir no podíamos contener las sonrisas satisfechas pues por primera vez tendríamos alguna repercusión, tras tantas manifestaciones, encierros, asambleas y multitud de actos que a nadie habían importado lo más mínimo. Por una vez nuestro grito de "Sí se puede" cobraba algún sentido, por una vez habíamos demostrado que aunque el verdadero reto hoy día es simplemente poder estudiar, no vamos a aceptarlo facilmente.
Lorena Rodríguez Orozco.
Compañeras, para empezar no habéis mencionado que os pusisteis toda la sala a gritar, y no dejasteis hablar al ministro, hasta que al final tras media hora o tres cuartos de hora el ministro tuvo que abandonar la sala.
ResponderEliminarEntonces a todo esto mi opinión es la siguiente:
Para empezar pienso que las personas, y hablo en general refiriéndome a los 150 aprx personas de la sala, debíais haber dejado hablar al ministro y escuchar lo que tenga que decir, que sí, que será lo mismo de siempre, pero es un cargo público que ejerce un cargo político y por respeto y educación que menos que dejarle hablar. En segundo lugar pienso que escuchar es de sabios y que por la educación que me han dado creo que las cosas no se solucionan gritando, deberíais haber hablado correctamente dando vuestras opiniones y vuestros argumentos, puesto que gritando y no escuchando desde un primer momento perdéis la razón por mucha razón que tengáis.
Está claro que no estoy de acuerdo con las medidas y el funcionamiento que lleva el ministro pero no por eso hago lo que hicisteis ustedes porque ¿qué conseguisteis ustedes? Nada porque ni os escucho, y lo que queríais es que salierais en la tele ¿de qué manera? Habéis salido en la televisión quedando como fascistas y como maleducados.
En mi opinión le habéis dado al ministro lo que él quería, le habéis dado los motivos suficientes para decir que a la vista está que si hace falta un cambio en la educación.
maría me parece muy fuerte que les digas a tus compañeros que han quedado como unos fascistas, cuando se te a explicado en clase de filosofía que es la única manera de que se les escuche en toda España, saliendo en los medios de comunicación, de esta manera otras personas fuera de Sevilla se han enterado de que hay una mayoria y yo me incluyo que esta en contra de estos recortes, a mi me parece ejemplar el acto de mis compañeros yo los a poyo y si me hubiera enterado habría intentado ir, por que la situación a la que están llevando el país es de locos.
EliminarRodrigo Gómez Romero
Bueno, voy por puntos:
ResponderEliminarPrimeramente, el hecho de que gritamos provocando que la conferencia se suspendiese queda claro en la noticia, no lo he evitado u ocultado en ningún momento.
También soy consciente de la opinión, bastante extendida, de que "perdimos las formas" pero es que sinceramente no logro entenderlo... procuro ser autocrítica pero en esta ocasión me es bastante difícil:
El ministro puede hablar siempre que lo desee, es un personaje público.
Son ellos, el partido en general, los que no están respetando los intereses de la mayoría...
¿Qué otra cosa podemos hacer?
Parece que es muy fácil criticar las acciones de los demás desde la resignación y el pasotismo