En total se liberaron a seis chicas y a un niño de ocho años en una situación deplorable, desnutrido, con signos de maltrato y en una habitación con poca luz y sin ventilación.
El pequeño resultó ser el hijo de una de las chicas explotadas, y su uso era de medio de chantaje a su madre, que sufrió vejaciones, coacciones y agresiones físicas y sexuales. Ésta, había conseguido escapar a una comisaría en un descuido de la familia, para denunciarlos, más tarde fue hospitalizada.
Las otras chicas eran obligadas a ejercer la prostitución en la calle, dependían de tres hombres que fueron detenidos y uno de menos de cuarenta años, el cabecilla del grupo, que no fue detenido y al que se le imputan los delitos de pertenencia a grupo criminal, trata de seres humanos, prostitución coactiva y detención ilegal, entre otros.
La esposa de uno de los acusados, que dice llamarse Violeta, niega las acusaciones y afirma que el niño residía por voluntad propia y de la madre, que recibía buenos cuidados y no se le privaba de libertad.
La Policía Nacional tiene abierta la investigación y no descarta nuevas detenciones contra las redes de prostitución de ciudadanos rumanos en la Comunidad Valenciana en los próximos días.
Compañeros, ¿Creéis justo que un niño sea maltratado?, ¿Que se use a mujeres para vender sus cuerpos en las calles?
Yo creo que arrebatar así la libertad de las personas es un acto cruel y que merece un severo castigo, hacer creer a esas mujeres que no son más que un cuerpo merece justicia.
Inmaculada López Pérez.
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